Lo que una vasija griega puede revelar sobre el teatro antiguo en su decoración

Una investigadora del CONICET-CENPAT analiza e interpreta la presencia de escenas teatrales en artefactos cerámicos de la Antigua Grecia. El caso de una jarra de vino.
El teatro, en la Grecia Antigua, formaba parte importante de la vida social y política. Se conoce gracias a la evidencia escrita en textos como Los Siete Contra Tebas, Antígona o Las Suplicantes. Pero también se estudia el teatro griego desde otras fuentes que aportan conocimiento de su contexto escénico.
La decoración de artefactos cerámicos griegos antiguos, como jarras o vasijas entre otras, es uno de los pocos registros visuales de la época. Sin duda, se trata de una fuente privilegiada para el estudio de diferentes ámbitos del mundo griego. A partir de su análisis ha sido posible indagar y conocer aspectos que otras fuentes no abordan. Una investigadora argentina ha dedicado sus estudios más recientes a las denominadas “vasijas teatrales”, pero movida por una pregunta que la hace sospechar de que el teatro está entrometido en otras decoraciones no tenidas en cuenta como teatrales.
“Empecé a ver elementos que me remitían al teatro en escenas pintadas en vasijas que no habían sido consideradas como teatrales en los estudios precedentes. Y eso me hizo pensar en que no tendría que realizarse una interpretación en casilleros estancos. No tienen por qué pertenecer unas vasijas a un único ámbito, sobre todo en la época antigua, en el mundo griego, donde el teatro estaba mezclado con la vida, se realizaban festivales abiertos, públicos, donde se exponían inclusive cuestiones políticas”, describe Carolina Reznik, Doctora en Historia y Teoría de las Artes e investigadora asociada al Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH-CONICET) del CCT CONICET-CENPAT de Puerto Madryn y profesora Adjunta de la catedra Historia de la Antigüedad Clásica, en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, sede Trelew, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
En su trabajo “El teatro intruso. O sobre la subversión del monopolio interpretativo en la iconografía cerámica griega de los siglos VI IV a.C.”, publicado en la revista italiana Engramma, Reznik problematiza la cuestión del monopolio de la interpretación única. “Es un problema en el arte en general. Se interpreta una pieza artística, un cuadro con determinada interpretación y después esa interpretación queda cristalizada y no se cuestiona. Mi propuesta, más allá de cuestionar las interpretaciones tradicionales, es abrir un poco los sentidos, porque las pinturas son objetos polisémicos, tienen un montón de sentidos, y esos sentidos se pueden ir construyendo, redescubriendo a lo largo de la historia”.
El caso de la oinochoe
En el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se exhibe una vasija griega que, por su tipo y forma, se la denomina oinochoe, que es una jarra utilizada para servir el vino. En ella está representada una escena sobre la cual no hay actualmente acuerdo respecto a su interpretación, ni hay un alcance temático definido. “Tradicionalmente, esa escena se catalogó como escena doméstica. Pero la verdad es que hay muchos elementos, empezando por la forma en que está representada la puerta y su no conexión con las tejas, entre otros, que a mí inmediatamente me disparó al ámbito de una estructura escénica”, analiza Reznik refiriendo a otro trabajo publicado recientemente en la revista griega Athens Journal of Humanities & Arts, cuyo título es “The Decoration of the Oinochoe at the Metropolitan Museum of Art: A Theatrical Painting?” (La decoración de la Oinochoe en el Museo Metropolitano de Arte: ¿Una Pintura Teatral?).
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