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Qué es la anarquía relacional y por qué está reescribiendo las reglas del amor


Puede parecer que la anarquía relacional es un reflejo del poliamor, pero existen distinciones fundamentales. Algunas personas poliamorosas aplican jerarquías a sus relaciones: “poder de veto”, como lo llama Lavvynder. Los anarquistas relacionales, que pueden ser poli, no colocan a sus parejas románticas por encima de nadie: “No ponemos normas a las relaciones de les demás. Solo nos centramos en la conexión que tenemos con esa otra persona”.

Lavvynder añade que una idea equivocada sobre los anarquistas relacionales es que han perfeccionado la dinámica de las relaciones, pero eso no podría estar más lejos de la realidad. “Mucha gente me dice: ‘Ojalá pudiera ser poliamoroso o anarquista relacional, pero me pongo demasiado celoso’. Yo también lo soy. No estoy libre de esa emoción. Yo también experimento celos. Si mi pareja está hablando con alguien nuevo, lo siento como una amenaza. Pero la forma de afrontarlo no es establecer reglas sobre cómo se relaciona tu pareja con otras personas. Se trata de averiguar qué tienes que hacer por ti mismo. Es jodidamente difícil, la verdad”.

“Se trata de compartir valores, no de exclusividad sexual”, comparte Sam, una administradora de licencias musicales de 33 años de Los Ángeles que se identifica como de género fluido. La anarquía relacional la empujó a replantearse cómo definía la conexión. “A todo el mundo le enseñan las reglas a una edad temprana: ‘Una persona en tu vida está destinada a serlo todo para ti’. Y cualquier desviación de eso es una ofensa irreparable”. Lo compara con “un romance de cuento de hadas de Disney”. De acuerdo con Sam, la gente se sentiría más realizada en sus relaciones si pudiera dar prioridad a les demás en función de lo que realmente quiere, y no de lo que cree que se espera de ella.

Sam se dio cuenta de esto tras una ruptura. Acababa de salir del clóset como persona queer, la no monogamia era completamente nueva y estaba en una relación que le animaba a explorar su identidad sexual. Era swinger junto con su expareja, pero Sam dice que se sentía “profundamente incómoda e insatisfecha” por todas las experiencias sexuales “casuales y, a menudo, insatisfactorias”. Cuando la relación terminó, se sumergió en la escena poliamorosa de Los Ángeles, donde más tarde conoció la anarquía relacional.


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Autodescubrimiento mientras descubres al otro

En su libro Cruising Utopia: The Then and There of Queer Futurity (Crucero por la utopía: el entonces y el allí del futuro queer), José Esteban Muñoz sugiere que “el queerness es un modo estructurante que permite ver y sentir más allá del atasco presente”. No es de extrañar que jóvenes que se identifican como LGBTQIA+ y también practican la no monogamia ética estén descubriendo que la anarquía relacional es para elles.

“Hemos empujado tantas normas sociales ya, y estamos en este lugar donde pensamos: ¿de qué otra manera podemos empujar esto aún más?”, expone Lavvynder.

“Esto se debe a que cada vez más gente se declara gay y mantiene relaciones homosexuales. Se están dando cuenta de que hay alternativas a la norma de lo que puede ser el amor”, refiere Jack, un médico de 30 años que se identifica como no binario. Descubrió la anarquía relacional durante la pandemia. Liberado de “un ciclo de monogamia en serie”, cuenta que su actual pareja, con quien vive en Brooklyn, Nueva York, le introdujo en este estilo de vida. “Tuvimos mucho tiempo para sentarnos a pensar y autoexaminarnos de verdad. Tuve tiempo para exponerme a estas nuevas ideas. Mucha gente no sabe qué más puede hacer hasta que lo hace. Ese fue, sin duda, mi caso”.

Jack y su pareja llevan cinco años juntes. Jack también tiene otras tres parejas románticas: una en San Francisco, otra en Asheville, Carolina del Norte, y una persona con la que acaba de empezar a salir en Rhode Island porque “aparentemente odio salir con gente que vive en la misma ciudad”. De acuerdo con Jack, por encima de todo, en cada relación prima el respeto.

Aun así, las relaciones no son fáciles. “Requiere un profundo nivel de autorreflexión, honestidad y comunicación que no se nos enseña y que no está modelado para nosotros en ninguna estructura social tradicional. Tus límites diferirán de una relación a otra”, concluye Sam.

“Es difícil y es algo de lo que tienes que ser consciente, al menos yo. Todavía no se me da tan bien”, confiesa Jack.

Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.



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