Por primera vez descubren un planeta “autodestructivo”

HIP 67522 b es el primer exoplaneta autodestructivo que conocemos. O, mejor dicho, uno que desencadena potentes ráfagas de energía procedentes de la estrella en torno a la que orbita, lo que, a su vez, acabaría con la atmósfera del planeta, provocando su encogimiento año tras año. Así lo ha descubierto la misión CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA), según la cual es la primera vez que se observa a un planeta influir activamente en su estrella, siendo así responsable de su propia destrucción. Los detalles del descubrimiento se publicaron en un estudio en Nature.
El exoplaneta autodestructivo ha estado bajo vigilancia durante algún tiempo
Gracias a las observaciones de telescopios como el James Webb y el Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), ya teníamos algunas pistas sobre el exoplaneta autodestructor y su estrella. En concreto, se sabe que la estrella, llamada HIP 67522, es ligeramente mayor y más fría que el Sol. Pero, mientras que el Sol tiene una edad de 4,500 millones de años, HIP 67522 parece tener solo 17 millones.
La estrella alberga dos planetas; el más cercano, llamado HIP 67522 b y de un tamaño similar al de Júpiter, tarda solo siete días en completar una órbita alrededor de su estrella. Debido a su juventud y tamaño, los astrónomos especulan que la estrella se agitaba y giraba con mucha energía, convirtiéndose en una especie de imán poderoso. “Nunca antes habíamos visto sistemas como HIP 67522”, comenta Ekaterina Ilin, del Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON) y autora del nuevo estudio. “Cuando se descubrió el planeta, era el más joven conocido, con una órbita alrededor de su estrella de menos de 10 días”.
Ya no es unidireccional
Desde el descubrimiento del primer exoplaneta, los astrónomos se han preguntado si algunos de ellos podrían orbitar tan cerca como para perturbar el campo magnético de su estrella y desencadenar llamaradas. Eso es lo que ha demostrado este nuevo estudio, que aporta la primera prueba de que las llamaradas son provocadas por el planeta y no por la estrella.
Hasta ahora, pensábamos que este intercambio de energía solo era posible en una dirección: de la estrella al planeta. “Con CHEOPS observamos más llamaradas, hasta un total de 15, casi todas ellas procedentes de nuestra dirección cuando el planeta transitaba por delante de la estrella, visto desde la Tierra”, explica Ilin. Al observar las llamaradas en momentos precisos, es decir, cuando el planeta pasa por delante de la estrella, es muy probable que estas sean provocadas por el propio planeta.
Sabiendo que HIP 67522 b orbita extremadamente cerca de su estrella y suponiendo que el campo magnético de esta es muy intenso, el equipo de astrónomos concluyó que el exoplaneta está lo suficientemente cerca como para ejercer su influencia magnética sobre ella.
Autodestrucción
El exoplaneta que se autodestruye, informan los astrónomos, experimenta seis veces más radiación de la que recibiría en otras condiciones. Además, como uno de los exoplanetas más evanescentes jamás descubiertos, con una densidad comparable a la del algodón de azúcar, la radiación está erosionando su fina atmósfera con el tiempo, lo que le hace perder masa mucho más rápido de lo esperado.
En los próximos 100 millones de años, los investigadores predicen que podría pasar de ser un planeta del tamaño de Júpiter a uno mucho más pequeño, similar a Neptuno. “Tengo un millón de preguntas, porque se trata de un fenómeno completamente nuevo”, concluye la experta.
Ilin añade que hay dos cosas que considera especialmente importantes ahora: la primera, seguir observando en diferentes longitudes de onda para averiguar qué tipo de energía se libera en estas llamaradas; la segunda, encontrar y estudiar otros sistemas estrella-planeta similares. Al pasar de un solo caso a un grupo de 10 o 100 sistemas, los astrónomos teóricos tendrán finalmente una base más sólida para trabajar.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.