Un implante cerebral permitió a un hombre cuadripléjico usar un videojuego

Un hombre de 69 años con perdida casi total de la función motora fue capaz de jugar un videojuego complejo que requería el movimiento de dedos por medio de una interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés). El sujeto “pensó” en mover sus dedos como si no tuviera restricciones físicas, el chip colocado en su cerebro tradujo sus impulsos eléctricos en comandos y una computadora simuló la operación motriz fina necesaria para convertirlo en un gamer.
A través de 192 electrodos implantados en el cerebro, el paciente con lesión en la medula espinal fue capaz de volar un dron en una simulación por computadora. En la prueba, al mover los dedos de una mano virtual se accionaban señales para controlar el movimiento de la aeronave. Los requerimientos del experimento eran esencialmente los mismos que los de un videojuego donde se pulsan botones con los dedos para iniciar un comando en la pantalla.
Esta BCI está compuesta por dos matrices de 96 electrodos, colocadas en el hemisferio cerebral izquierdo. En esta región del cerebro se origina el control fino de los movimientos de las extremidades superiores. El sujeto de prueba superó el desafío exitosamente y comparó el proceso con aprender a tocar un instrumento musical. “El acto de volar se encuentra en una línea muy fina en el medio. Hay que subir un poquito y luego bajar un poquito”, contó a Nature.
La prueba también se consideró exitosa porque el equipo pudo definir con precisión las señales eléctricas cerebrales que causan el movimiento de los dedos de una mano. Además, al final del experimento el paciente demostró una mejora en su sentido de recreación y conexión social. Los expertos señalan que estos dos factores son de las principales necesidades insatisfechas de las personas con parálisis.
Implantes cerebrales para la independencia
La mayoría de los esfuerzos en esta rama de la neurociencia se centran en permitir que un usuario cuadripléjico pueda mover un cursor en una computadora “con su pensamiento”. Por ejemplo, Neuralink, la empresa de Elon Musk y una de las pioneras en las interfaces cerebro-computadora, asegura que su objetivo es otorgar independencia tecnológica a las personas con parálisis del cuerpo.
La investigación publicada en Nature Medicine pretende explorar la frontera actual en el control de señales simultáneas las BCI. Con ello, tienen la esperanza de que las interfaces se vuelvan más sofisticadas y faciliten las actividades de ocio.
“Este estudio plantea que las necesidades de las personas con parálisis van más allá de la simple movilidad física. La dimensión social y el ocio son también importantes para el bienestar, aunque esto implica abordar desafíos técnicos adicionales, como la decodificación de intenciones de manera continua y la mejora del control de interfaces complejas, como los videojuegos, que requieren un control multifactorial”, contó Eduardo Fernández, director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche para SMC España.
“[El implante] me ha hecho más independiente, y eso no solo me ayuda a mí, sino a todos los que me rodean. Me hace sentir menos indefenso y también menos como una carga. Me encanta que la gente a mi alrededor no tenga que atenderme tanto”, contó Noland Arbaugh, el primer usuario de un chip Neuralink, en entrevista para WIRED.