24DigitalWeb

Publicidad y Comunicación

Leímos el viejo manual viral para sabotear fascismo. Esto es lo que recomienda


Un manual para sabotear regímenes fascistas: la idea parece sacada de una novela de espías, pero durante la Segunda Guerra Mundial fue una realidad concreta. En un contexto bélico, las acciones de sabotaje eran una valiosa herramienta para debilitar al enemigo.

En el imaginario cinematográfico, los saboteadores suelen identificarse como espías o guerrilleros. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, EE UU teorizó sobre un sistema de “sabotaje generalizado” que le habría permitido socavar los regímenes nazi-fascistas en los territorios europeos ocupados. El manual, con extensión de 40 páginas y redactado por la Oficina de Servicios Estratégicos, el organismo que más tarde se convertiría en la actual CIA, se titula: Simple Sabotage Field (Manual de campo del sabotaje simple), y fue la receta perfecta para llevar a cabo desde pequeños hasta grandes actos de boicoteo.

Su autor, William “Wild Bill” Donovan, yuxtapone los incendios provocados y otras acciones destructivas a simples actitudes poco cooperativas, haciendo hincapié en cómo este tipo de acciones pueden minar la moral de los ocupantes y fomentar una contraofensiva aliada en el viejo continente. En la primera semana de febrero de 2025, el manual se hizo repentinamente viral, registrando miles de visitas en la biblioteca gratuita del Proyecto Gutenberg. ¿El motivo? Basta con descargar el PDF del sitio web de la CIA e intentar leerlo.


Los países nórdicos actualizan sus manuales de supervivencia bélica ante una posible crisis

Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca distribuyen nuevas guías a los ciudadanos con instrucciones detalladas sobre qué hacer en caso de conflicto. Los gobiernos advierten que la situación de seguridad ha empeorado.


Una sola regla: sabotéalo todo

La idea que subyace en el manual es la resistencia generalizada, tocando todos los aspectos de la vida cotidiana y laboral en los países ocupados por los nazis y los fascistas. Algunas sugerencias, como las instrucciones detalladas para provocar incendios en el interior de fábricas y almacenes, parecen salidas del argumento clásico de un libro sobre anarquismo.

Otras, sin embargo, sugieren actividades colaterales que favorecen acciones más incisivas. Por ejemplo, en el capítulo sobre incendios, se lee que “es improbable que una fábrica limpia se incendie, pero una sucia podría hacerlo”. Se coacciona a los trabajadores para descuidar la gestión de residuos y volverse menos eficientes en la limpieza.

Otro concepto central del manual es crear acciones disruptivas continuas de “baja intensidad”, que pueden implicar a ámbitos insospechados, como los sistemas sanitarios. La sugerencia es “olvidarse de reponer el papel higiénico en los aseos” o “poner papel bien enrollado, pelos y otros obstáculos en el WC”.

En el mismo capítulo se dan incluso instrucciones sobre cómo atascar un inodoro de forma muy eficaz: “Remoja una esponja con una solución espesa de almidón o azúcar. Apriétala con fuerza hasta formar una bola, envuélvela con un hilo y déjala secar. Retira el hilo o lazo cuando esté completamente seca; la esponja mantendrá la forma de una bola dura y compacta. Tírala por el retrete o introdúcela en un sistema de alcantarillado. La esponja se expandirá gradualmente hasta alcanzar su tamaño normal y obstruirá el sistema”.


Collage de Jeff Bezos y Mark Zuckerberg
El cambio de imagen machista de Silicon Valley fue una advertencia, no una tendencia

Los expertos en moda y los observadores de tendencias aplauden el auge de los nuevos atuendos tecnológicos. Todo el mundo alaba que los CEO por fin se vistan de acuerdo al trabajo que desempeñan.


¿La estupidez es un arma?

El manual dice que sí. El objetivo de exasperar al enemigo en todos los aspectos de la vida cotidiana también aparece en las sugerencias relativas a las relaciones personales. Las introducciones incluyen dar respuestas largas e incomprensibles a cualquier pregunta, denunciar a la policía actos imaginarios de espionaje o alarmas injustificadas. En pocas palabras, actuar estúpidamente.

Donovan insiste múltiples veces en este punto. El “buen saboteador” debe volverse lo más perezoso y negligente posible: descuidar las actividades diarias y cometer muchos errores. La estrategia pretende dañar al enemigo asegurándose de que el comportamiento “no cooperativo” pase como simple torpeza y no como una voluntad precisa de sabotear el funcionamiento de las instituciones, empresas y organizaciones controladas por los ocupantes.

Uno de los aspectos más divertidos de la lectura de las instrucciones de Donovan es que inevitablemente surge la duda de si el programa ha ido más allá de su propósito y se ha incorporado no tanto como una herramienta de sabotaje, sino como una serie de normas de comportamiento.



ES.WIRED

Copyright © All rights reserved. | Newsphere by AF themes.