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Otro edificio cruje en Villa Gesell | Allí funcionan dependencias municipales y temen un derrumbe



A seis meses del colapso del Hotel Dubrovnik que ocasionó nueve muertes, Villa Gesell vive un episodio que vuelve a encender las alarmas de sus construcciones: un edificio en el que funcionan dos dependencias gubernamentales tuvo que ser evacuado ante el riesgo de derrumbe. Así lo hizo saber la propia Municipalidad tras ponerle la faja de clausura a una construcción sobre la avenida 3, su arteria principal, donde funcionaban un centro cultural y la agencia de recaudación local. Fue tras el llamado de una vecina que sintió ruidos y observó grietas en la estructura. Una dotación de bomberos se hizo presente y verificó la peligrosidad del lugar, lo cual derivó en la colocación de fajas de clausura hasta nuevo aviso.

La orden se produce en un momento sensible para la ciudad en materia edilicia, ya que la causa por el derrumbe del Dubrovnik acaba de pasar de manos después de que la fiscal Verónica Zamboni (quien estaba llevando adelante la investigación para analizar causales y culpabilidades) abandonara la UFI local para trabajar en un juzgado federal de Mar del Plata. La etapa de instrucción transcurre con notable lentitud sin tener todavía en claro los resultados de las pericias que ayudarían a comprender los motivos del colapso, columpiados entre diversas hipótesis ante el reclamo de justicia de parte de los familiares de las víctimas, en su mayoría obreros.

Un centro cultural

El edificio en cuestión tiene tres pisos y está al sur de la localidad de Villa Gesell, específicamente en avenida 3 entre paseos 135 y 136. En el primero y segundo funcionan varios departamentos que a mediados de 2023 fueron motivo de litigio por denuncias de ocupación. En tanto, la planta baja está ocupada por dos locales alquilados a la propia Municipalidad para la instalación de dependencias gubernamentales. Uno, el más grande y a la altura 3538 de la avenida 3, es un salón que corresponde a un centro cultural denominado Homero Manzi, donde durante varios años y hasta la clausura, funcionaban concurridos talleres gratuitos. El otro está en la numeración 3536 de la 3 y pertenece a ARVIGE, las Agencia de Recaudación de Villa Gesell, entre cuyas tareas —curiosamente— se incluye la revocación de habilitaciones a comercios que no cuentan con los requisitos necesarios para abrir al público. Ahora es este mismo local el que debió ser cerrado por no estar en condiciones.

Todo comenzó cuando una vecina del edificio advirtió ruidos y rajaduras en la estructura. Automáticamente se comunicó con el cuartel local de bomberos, que envió una dotación. Constatadas las averías señaladas por la mujer, personal municipal ordenó la inmediata evacuación y clausura “por riesgo estructural” de la estructura de tres pisos. Además se colocaron fajas en todos los accesos. La decisión lleva la firma de la Dirección de Obras Particulares y de Inspección de Edificios Privados y Espacios Públicos, la misma que había llevado adelante la cuestionada clausura del Dubrovnik dos meses antes de su derrumbe, medida que la justicia debe investigar si fue efectiva y debidamente controlada, ya que distintos testigos aseguraron que las tareas continuaban incluso sin la correspondiente autorización municipal.

A fines del año pasado, cuando la caída del Dubrovnik aún estaba en la agenda periodística y la inminencia de la temporada obligaba a actuar preventivamente, un ingeniero hidráulico le había propuesto al Municipio de Villa Gesell la creación de un “Registro de estado de conservación de edificios costeros”. Tanto el Centro Cultural Homero Manzi como la ARVIGE se encuentran a apenas 300 metros de la playa. Sus puertas están cerradas y resta saber cuál es el verdadero problema del edificio, que si bien fue evacuado, igual reviste peligro para las construcciones linderas: a ambos lados hay un chalet y un apart hotel de un sindicato.



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