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Texas sufre las terribles consecuencias del cambio climático | Hasta ahora son más de 90 los muertos, incluyendo 27 niñas y guías del campamento cristiano



Grupos de rescatistas trabajaban este lunes para encontrar a decenas de desaparecidos por las inundaciones que causaron la muerte de más de 90 personas en Texas, en el sur de Estados Unidos, incluyendo 27 niñas y guías de un campamento de verano. El país quedó conmocionado por el desastre ocurrido durante el fin de semana festivo del 4 de julio, uno de los peores ocurridos en este estado. En tanto, los meteorólogos advirtieron que las tormentas eléctricas podrían causar más inundaciones sobre los terrenos saturados.

Un campamento de un grupo cristiano de 750 personas instalado a orillas del río Guadalupe en el condado de Kerr, el más afectado, fue arrasado. “Camp Mystic está de luto por la pérdida de 27 campistas y guías tras las inundaciones catastróficas en el río Guadalupe”, declaró la organización en un comunicado. “Estamos destrozados junto con nuestras familias que están sufriendo esta tragedia inimaginable”, agregó.

La Casa Blanca estimó el lunes en 91 el número total de muertos por las inundaciones, mientras que el senador texano Ted Cruz dijo a los periodistas que el saldo mortal seguía aumentando.

“Texas está de luto en este momento; el dolor, la conmoción por lo ocurrido en estos últimos días ha destrozado el corazón de nuestro estado”, declaró Cruz. “Las niñas que se perdieron en Camp Mystic son la pesadilla de cualquier padre”, añadió. Los campamentos son una tradición muy querida durante las largas vacaciones de verano en Estados Unidos, donde los niños suelen alojarse en bosques, parques y otras zonas rurales. Son una oportunidad para hacer “amigos para toda la vida”, afirmó Cruz. “De repente, todo se convierte en tragedia”, agregó.

El presidente estadounidense, Donald Trump, planea visitar Texas el viernes, informó la Casa Blanca, al tiempo que criticó duramente a quienes afirman que sus recortes a las agencias meteorológicas debilitaron los sistemas de alerta.

“Culpar al presidente Trump por estas inundaciones es una mentira depravada, y no sirve de nada en estos tiempos de duelo nacional”, declaró el lunes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Leavitt indicó que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), que según The New York Times tenía varias tareas clave en Texas sin cubrir antes de las inundaciones, emitió “pronósticos y advertencias oportunos y precisos”.

Trump describió las inundaciones repentinas como una “catástrofe no vista en 100 años” que “nadie esperaba”.

Triste búsqueda

El presidente estadounidense, quien previamente había dicho que la ayuda en caso de desastre debería gestionarse a nivel estatal, firmó el domingo una declaración de catástrofe grave que permite liberar recursos federales para el estado de Texas. Helicópteros y embarcaciones participaban en la búsqueda de las personas desaparecidas.

Las aguas desbordadas por la lluvia alcanzaron las copas de los árboles y los techos de las cabañas del campamento mientras las niñas dormían la noche del jueves al viernes, arrastrando a algunas de ellas y dejando una escena de devastación. Mantas, osos de peluche y otras pertenencias se podían ver cubiertas de barro. Las ventanas de las cabañas quedaron destrozadas, aparentemente por la fuerza del agua.

“Hemos recuperado 75 cadáveres aquí en el condado de Kerr, incluyendo 48 adultos y 27 niños”, declaró el lunes a la prensa el sheriff del condado, Larry Leitha. Se confirmaron al menos otras 13 muertes en el estado.

“Inundaciones repentinas”

Los servicios meteorológicos mantenían el lunes la alerta por inundaciones en algunas zonas del centro de Texas hasta las 19, hora local.

Las inundaciones repentinas, que ocurren cuando el suelo no puede absorber las lluvias torrenciales, no son inusuales en esta región del sur y centro de Texas, conocida coloquialmente como el “callejón de las inundaciones repentinas”.

El cambio climático ha provocado que fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías y olas de calor sean más frecuentes e intensos en los últimos años.

Las autoridades informaron que, mientras las operaciones de rescate continuaban, también estaban iniciando el proceso de remoción de escombros. “Hay escombros por todas partes que inutilizan las carreteras y dificultan la realización de los proyectos de reconstrucción”, declaró Abbott. Voluntarios de otras partes del estado se congregaron en el condado de Kerr para colaborar en la búsqueda de los desaparecidos.

Consecuencias del cambio climático

Durante el fin de semana del 4 de julio, festivo en Estados Unidos, una tormenta de desplazamiento lento provocó lluvias torrenciales en una región de colinas rocosas, llanuras y valles situada entre las metrópolis de San Antonio y Austin, desbordando las riberas de los ríos e inundando pequeñas localidades rápidamente.

Las autoridades se han referido repetidamente al suceso como una inundación única “en 100 años”, tal y como ocurrió con la catástrofe climática de la DANA de la Comunidad Valenciana y Castilla la Mancha en España, cuya periodicidad se estimó en 500 años.

El centro de Texas es conocido desde hace tiempo como el “corredor de las inundaciones repentinas” por su combinación de terreno escarpado, humedad tropical y tormentas de movimiento lento, especialmente en julio. Pero los meteorólogos afirman que las precipitaciones de esta semana han sido del todo menos típicas.

En Kerrville cayeron más de 25 cm de lluvia en solo tres horas el viernes, según la empresa de predicción meteorológica AccuWeather. El sábado, otra tormenta al oeste de Austin dejó caer casi 35 cm de lluvia en solo cinco horas. Y en la localidad de Hunt, el río Guadalupe creció de unos dos metros a casi nueve, su segunda mayor crecida registrada según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).

Los científicos llevan años alertando de que el cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos extremos –incluidas las inundaciones repentinas— en todo el mundo. Los estudios siguen demostrando que una temperatura oceánica más cálida y una atmósfera más húmeda están alimentando tormentas más fuertes y frecuentes en todas partes, desde Europa hasta Estados Unidos.

El año pasado, los investigadores advirtieron que el cambio climático duplicó la probabilidad de las inundaciones que asolaron Europa Central. Después de que las tormentas inundasen Grecia con precipitaciones y riadas récord a finales de marzo de este año, los científicos de ClimaMeter revelaron que estas tormentas son ahora entre un 10% y un 15% más húmedas de lo que habrían sido en el pasado.

La combinación de temperaturas casi sin precedentes en el Golfo de México, los restos de la tormenta tropical Barry y la ausencia de una corriente en chorro que la arrastrara provocaron una humedad extrema en Texas. En retrospectiva, una señal de advertencia de las históricas inundaciones. “Con el cambio climático, la atmósfera se calienta. Una atmósfera más cálida retiene mucha más humedad y, obviamente, en los últimos años estamos viendo mucha más humedad atmosférica total en todo el planeta de lo que es habitual”, declaró Brett Anderson, meteorólogo jefe de AccuWeather.

Tormentas complejas con recursos limitados

Las oficinas del NWS en Texas emitieron una serie de advertencias en los días previos a las inundaciones, incluida una rara emergencia de inundación repentina que activó las alertas de los teléfonos móviles. Pero el reto de pronosticar dónde, cuándo y cuánta lluvia caerá sigue siendo enorme, especialmente cuando las tormentas se mueven lentamente y los totales de lluvia varían drásticamente en distancias cortas.

Los funcionarios locales y federales de Texas se enfrentan ahora al escrutinio de la opinión pública, que se pregunta si unas advertencias más rápidas o claras podrían haber salvado vidas. Los recortes de personal de hasta el 40% han afectado a las oficinas del NWS en todo el país desde que Donald Trump asumió el cargo en enero.

El servicio ha eliminado o reducido el lanzamiento de globos meteorológicos vitales en ocho lugares de Estados Unidos, una medida denunciada por meteorólogos antes del inicio de la temporada de clima severo. No está claro en qué medida afectaron los recortes a la sucursal de New Braunfels del NWS que cubre Austin, San Antonio y zonas cercanas, pero al parecer contaba con personal adicional de guardia durante las tormentas del fin de semana.

Tormentas peores en el futuro

Este estado no es ajeno a las inundaciones, pero los expertos dicen que los acontecimientos de esta semana son un recordatorio urgente de que el futuro es muy probable que sea más húmedo, menos predecible y más peligroso. “Nadie vio venir esto”, dijo el juez del condado de Kerr, Rob Kelly, a los periodistas en una rueda de prensa el sábado.

A medida que el cambio climático siga modificando los patrones meteorológicos, es probable que se necesiten importantes mejoras para hacer frente a un mundo en el que las tormentas “de una vez por siglo” pueden llegar cada década. “En un clima que se calienta, sabemos que la atmósfera tiene más humedad que dar, que retener y que liberar. Pero lo que también sabemos que las lluvias no son tan uniformes como antes”, explica Shel Winkley, meteorólogo de Climate Central.



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