24DigitalWeb

Publicidad y Comunicación

Elon Musk ahora tiene su propia ciudad | Se llama Starbase, está en Texas y es un municipio independiente



Si algo le faltaba a Elon Musk era tener su propia ciudad. Su deseo se convirtió en orden y fue bautizada “Starbase”. Se halla en Boca Chica (condado de Cameron en Texas) y comprende la región en donde está emplazada su compañía SpaceX. Dispondrá de un gobierno propio, una comisión municipal de tres miembros, que coinciden con cargos jerárquicos de la empresa. El alcalde es Bobby Peden, actual vicepresidente de Lanzamientos. A partir de este nuevo status, el magnate tendrá aún más libertad para hacer y deshacer a gusto y piacere. ¿Su objetivo? Que ninguna regulación le impida lanzar cohetes de prueba para, de cara a 2030, conquistar Marte. Enfrentó la oposición de ambientalistas, ya que la zona se encuentra cercana a una reserva, un parque natural y al Golfo de México.

La decisión fue comunicada al mundo desde la cuenta oficial que Starbase tiene en X –también propiedad de Musk–: “Con un gobierno local, estamos emocionados de crear la mejor ciudad para nuestra comunidad”. A principios de mayo, los residentes del condado de Cameron, en Texas, votaron a favor de constituir una ciudad. Casi que fue un trámite, porque se impusieron por 212 votos a favor y tan solo seis en contra. En el presente, alrededor de 500 personas viven en la Starbase (250 empleados de SpaceX y sus familias). Esta semana, finalmente, dicha votación quedó certificada por lo que Starbase ya dispone de status oficial.

Previamente a que se concretara la votación, ya se habían dado pasos en este sentido. Por caso, meses atrás Musk había decidido trasladar las sedes oficiales de varias de sus firmas radicadas en California a Texas. En 2012, SpaceX había comprado terrenos e iniciado la construcción de instalaciones de última generación para realizar los ensayos aeroespaciales. Desde esa porción de tierra, el dueño de Tesla, Starlink y X (entre otras) planea llegar a Marte.

La libertad (de quedarse con todo) avanza

La intención de disponer de su municipio independiente es agilizar trámites, es decir, no tener demasiadas barreras fiscales ni legales. Básicamente: desregular y eliminar cualquier clase de burocracia. Esta ciudad que Musk moldea a su imagen y semejanza, además, hará la vista gorda sobre prohibiciones ambientales que SpaceX debe cumplir. La arbitrariedad es tal que Musk podría, incluso, cerrar playas en Boca Chica cada vez que lo demanden las pruebas espaciales. Los grupos ambientalistas que se resistían a la creación de la ciudad sostenían que perjudicará a las poblaciones indígenas y a los ecosistemas de la zona.

Esta nota publicada en Página 12 muestra cómo, además de Musk, existen otros CEOs y reyes que, en el presente, llevan adelante la construcción de ciudades inteligentes, lujosas y con leyes autónomas. Utopías urbanísticas que se materializan, y que dejan de ser ficción para convertirse en pura ciencia.

No es casual que Musk se desempeñe en Estados Unidos al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Starbase deberá cumplir con normas estatales y federales, pero el status de ciudad le confiere más poderes a la empresa. No es un cheque en blanco, pero se le parece mucho.

Marte, entre ceja y ceja

SpaceX fue fundada por Musk en 2002 con el objetivo expreso de llegar a Marte. Si bien durante las administraciones anteriores, la persona más rica del mundo había logrado cerrar jugosos acuerdos con la NASA, la llegada de Donald Trump a la presidencia aceitó el vínculo. El mandatario republicano planea recortar un 25 por ciento el presupuesto para la agencia espacial norteamericana, y al mismo tiempo, habilita que grandes actores privados (entre los que figura Musk y otros como Jeff Bezos) puedan ingresar de lleno en las misiones y aportar su tecnología. No están en contra de la ciencia, sino en contra de que sea el Estado quien la financie.

El presidente ha manifestado que quiere “astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas en el planeta Marte”. Y en Musk halla al hombre que puede cumplir sus anhelos. La sed imperialista de ambos parece conducirlos a conquistar nuevos mundos y para eso nada debe interponerse en el camino. A comienzos de 2025, la Administración Federal de Aviación le permitió a SpaceX 25 lanzamientos por año. Un aspecto preocupante, pues cuando los ensayos salen mal, los cohetes explotan y los restos contaminan el Caribe.

En esta época de capitalismo agresivo, quien tiene dinero puede tener su propia ciudad. Sin embargo, el techo de Musk no es el cielo, porque el objetivo está más allá. Y si las cosas siguen de este modo, tarde o temprano llegará a Marte. Probablemente parcelará el lugar. Si le sirve, luego se quedará con todo.   



Pagina12

Copyright © All rights reserved. | Newsphere by AF themes.