Un huracán destruyó un muelle en Puerto Escondido y la comunidad se unió, no para reconstruirlo, sino para retirarlo y salvar su playa

“¡Increíble! ¡Viva Puerto Escondido!”, comenta Jhony Corzo, porteño y campeón mundial de surf en 2017, en el video que ayudó a reunir a más de mil personas. Junto a su mensaje: emojis de olas, aplausos, fueguitos, la clásica señal shaka de la cultura surfista, muchas palabras de alegría y la nota de otra porteña: “la unión mueve piedras”.
La cita para remover escombros fue a las seis de la mañana. La primera piedra la quitó el hermano de Ezequiel Hernández, profesor que se opuso toda su vida al muelle, pero falleció sin ver su sueño cumplido. Luego, voluntarios movieron a mano cientos de piedras. Algunos buzos amarraron las más grandes para jalarlas con jeeps o entre varias personas. Hubo excavadoras, picos, cubetas y carretillas, pero, sobre todo, manos.
En redes sociales circula un video que muestra una cadena humana cantando “en toditito el estado no hay fiestas como mi puerto”; las piedras siguen pasando de mano en mano. Hay esfuerzo y hay alegría. “Vinieron personas de mar de 70 años, ayudaron quitando piedras, fue bonito. Llegó mucha gente a dar comida: café, pan, agua, sándwiches, tacos. Las personas de la playa, que viven de vender comida, fueron y la regalaron”, relata Beto.
“Trabajamos con la organización internacional Save the Waves”, añade. “Según sus modelos de corrientes y el historial de oleajes en Zicatela, es posible que en cinco años la duna costera de Zicatela y la bahía puedan volver a su estado original. El mal llamado muelle afecta entre un 75 y un 80% el comportamiento de las corrientes marinas. El resto tiene que ver con el crecimiento desmedido y sin control: se han erosionado terrenos al construir, al eliminar la flora nativa de las dunas y al encajonar o tapar arroyos pluviales. Todo eso influye en la calidad de las olas y en la duna”.
El camino que falta
Aún quedan muchas piedras enterradas por quitar y requieren maquinaria para terminar el trabajo. Necesitarán 3 millones de pesos para ello. “Vamos a solicitar un puerto de abrigo en Puerto Piedra”. Su idea es requerir la obra a las autoridades y que cuando se decida quién lo hará, “que Save the Waves y otras organizaciones ayuden con la asesoría técnica y científica”.
“Los siniestros como un huracán siempre unen a la gente, después regresamos a la realidad y seguimos como sociedad dividida. Esta lucha no se acaba en pocos meses”, precisa Manuel Martínez. El ingeniero señala que los planes a futuro deben considerar la ciencia que se pueda tener sobre las rompientes y el conocimiento local. “Los pescadores, la gente que vive en puerto, puede dar información para resolver esta situación”.
Pronto, Puerto Escondido será nombrado reserva mundial de surf. La propuesta incluye el famoso beach break de clase mundial y ocho olas únicas con sus ecosistemas que se extienden por más de 10 kilómetros. Esa denominación implica la conservación.
En esa línea, Beto señala que se requiere un plan de ordenamiento de desarrollo urbano y territorial. El año pasado se trabajó uno en Santa María Coatepec y otro en San Pedro Mixtepec (Puerto Escondido se extiende entre ambos municipios). Falta que sea aprobado en el Congreso para regular las construcciones de gran altitud que afectan el viento que va de la montaña hacia el mar, “es el offshore y hace que las condiciones sean excelentes para surfear. Al haber demasiadas construcciones desde la parte alta de Puerto Escondido hasta la playa, se afecta el flujo de aire”.
Manuel señala la urgencia de respetar las normativas de conservación del medio ambiente que ya existen. Así como plantear una ley de rompientes, no solo para Oaxaca sino para el país, pues se detecta un boom para el surfismo. “Los ecosistemas costeros son frágiles a las situaciones climáticas y al ser humano. A todos nos encanta tomar una ola, pero debemos saber qué consecuencias tiene una práctica masiva y la falta de legislación con respecto a las rompientes en México”.